“Nuevos” sectores esenciales
¿Por los derechos humanos o por intereses privados?
En la nueva normalidad los sectores que siempre han tenido prioridad y malas condiciones laborales aumentan el riesgo de la integridad de los trabajadores. Son “actividades esenciales” al servicio de intereses privados que desde el primero de junio sumaron minería, construcción y el sector automotriz y que están preparándose para recibir el T-MEC a inicios de julio del 2020, demostrando así que los derechos humanos siguen sin ser prioridad.
Es importante entender que quienes cometen las violaciones a derechos humanos son los funcionarios públicos que no sancionan a las empresas que incumplen con dar trabajo digno, salario justo, medidas de seguridad e higiene para sus empleados y por permitir el reinicio de actividades en momentos de alto contagio.
Los empresarios velan por sus intereses, como en este caso icónico: Pasta de conchos de Grupo México. El Estado toleró que la empresa no salvaguardara las condiciones de seguridad para trabajar en la mina, ya que después de una “supervisión” hicieron caso omiso del riesgo que sabían existía y no dieron seguimiento a las medidas que ordenaron se subsanaran para mejorar la seguridad. Tiempo después la mina colapsó, sin sanción alguna al responsable, provocando lo que se conoce como “asesinato industrial”. Esta violación a derechos humanos dejó atrapados los cuerpos de 65 mineros, que el gobierno en turno presume rescatará.
La integridad de los mineros y de los pueblos se pone en riesgo debido a la contaminación del medio ambiente que producen las actividades mineras, automotrices o de construcción. Y en tiempos de pandemia esto se agrava: no queremos otro incidente o más contagiados. En el caso de la construcción, los megaproyectos del gobierno en turno; el tren Maya, la Refinería de 2 bocas y el Aeropuerto de Santa Lucia, no ofrecen un espacio adecuado para laborar, por lo que se ven afectados derechos humanos: laborales, ambientales y de seguridad e higiene en el empleo.
Anteriormente la CNDH trato de frenar el inicio de la construcción del tren Maya ya que no tomó en cuenta la opinión de los pueblos afectados por su construcción. Sin embargo, eso no es prioridad; no fue detenida su construcción pues las cláusulas del T-MEC serían rotas y a los empresarios como Slim, Alfonso Romo, Gastón Azcárraga, German Larrea, entre otros, no les conviene arriesgar su dinero sin tener resultados inmediatos, para ellos será el motor de “su economía”, pese a la vulneración de derechos humanos.
Del mismo modo que en los casos anteriores, la industria automotriz no cuenta con las medidas sanitarias y condiciones laborales que salvaguarden la seguridad de los trabajadores. Los empleados hacen uso de transporte público, foco de múltiples contagios. General Motors, Fiat, Nissan, Volkswagen, entre otras empresas que se ven beneficiadas por la priorización que tienen y siguen laborando.
Queda claro que los intereses del gobierno por atraer a México la inversión privada extranjera es mayor que la de hacer respetar los derechos humanos del pueblo trabajador. Los senadores ya fueron llamados por la iniciativa privada para hacer reformas específicas para la llegada del T-MEC.
Por todo eso necesitamos defender los derechos humanos que históricamente los pueblos han ganado y que hoy día muchas veces por no conocerlos se están violentando. Si no queremos seguir perdiendo derechos o que se sigan violando, hay que volvernos defensores de derechos humanos, para restaurar las jornadas laborales de 8 horas, el salario justo, las pensiones solidarias, condiciones dignas de trabajo y de esta manera prevenir que las generaciones venideras, se enfrenten a peores condiciones de trabajo que las actuales.
¡Para tener un trabajo digno, un salario justo, yo soy defensor! Para mejorar las condiciones de vida y a su vez lograr una transformación social, en la cual podamos tener una vida verdaderamente digna ¡Yo soy defensor!