Aunque el gobierno de E.U. ha dicho que son casos aislados y cometidos por los soldados sin conocimiento de sus superiores, los soldados torturadores (entre ellos mujeres) han declarado que seguían órdenes de sus superiores, principalmente, de los servicios de inteligencia militar.
Conociendo estos hechos: ¿Pueden considerarse democráticos a los invasores que torturan a personas bajo la acusación o sospecha de apoyar a la resistencia nacional contra la ocupación?, ¿Puede hablarse de democracia cuando existe la tortura como método cotidiano para interrogar prisioneros?
A nuestro juicio es imposible asegurar que la democracia existe o se construye para todos, donde la tortura se utiliza para someter a los que se oponen a los intereses de quienes detentan el poder. Pero, además, es imposible que fuerzas de ocupación –invasoras de un país soberano-, ayuden a construir la democracia sobre los cadáveres de miles de asesinados o víctimas de la tortura.
La democracia se construye, es cierto, pero es imposible que se construya gracias a un ejército y a un gobierno que no lo son, pues usan la tortura como método para destruir a quienes se le oponen.
Hay un aspecto fundamental que no debemos olvidar en este caso: los invasores de Irak no han podido derrotar a la resistencia que se le opone.
Los adelantos tecnológicos con los que cuentan los ejércitos invasores de Irak no han podido derrotar la voluntad de ese pueblo por liberarse de ellos. La superioridad técnica y tecnológica se ha visto opacada por la voluntad de resistir que la resistencia iraquí sin tanta tecnología tiene.
Así, pues, la tortura se convierte en le instrumento principal por medio del cual se pretende doblegar a los hombres en su voluntad de evitar que su país se convierta en una colonia más de los gobiernos norteamericano y británico.
Como conclusión: donde hay tortura no hay democracia, donde existe la verdadera democracia para todo el pueblo, no debe y no puede haber tortura.
Preso de conciencia
Antonio Cerezo Contreras
2004