Hoy, hace un año mirábamos impotentes como se podía construir una historia más para desacreditar a los hermanos Cerezo presos en el Penal de Alta Seguridad de La Palma y al Comité Cerezo.
Pudimos ver escena tras escena como la venganza ciega del Estado, golpeaba a nuestros amigos y hermanos, por su propia negligencia criminal en el caso Tláhuac; como una mentira podía, sin pudor, convertirse en una bola de nieve que a su paso arrasaba con la verdad y con la justicia.
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