CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — Una decena de jóvenes ocupa el interior del auditorio Che Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Son cerca de las 11:00 horas de este miércoles. Algunos leen un diario y ríen. Otros están recostados, parecen dormidos. Resalta la amplitud del auditorio en comparación con la cantidad de personas que están en él.
En cuanto los jóvenes —hombres y mujeres—, se percatan de que entra alguien extraño, preguntan de qué se trata, y advierten que no se puede tomar fotografías. En un espacio contiguo, habilitado como cocina, tres hombres conversan.
"¿Son ustedes estudiantes de la UNAM?", se les pregunta. "Sí", responden en tono molesto. En el exterior del edificio hay algunas pintas anarquistas, y una manta que dice: "Exigimos respeto a los espacios universitarios autónomos".
Hace un par de días, el acceso a ese auditorio universitario, cuyo nombre oficial es Justo Sierra, se convirtió en un campo de batalla. Un grupo de encapuchados emprendió durante la madrugada un desalojo violento, y horas más tarde ocurrió un ’contraataque’.
Según estudiantes y profesores consultados por CNNMéxico, esa disputa entre bandos por tener el control del espacio ejemplifica una situación: que el auditorio Che Guevara, uno de los más emblemáticos de la principal universidad pública del país, se ha convertido en un espacio distante y extraño para muchos integrantes de la comunidad universitaria.
"De nada sirve que no lo abran (el auditorio), que haya personas adentro que no sabes qué están haciendo, ni cómo viven, ni qué es lo que tienen ahí, ni qué hacen", expresó Aidé, una estudiante del Colegio de Historia, de la Facultad de Filosofía, donde las clases fueron reanudadas ayer.
"Al auditorio no te vas a meter, porque de entrada se ve muy extraño. No sabes qué hay. Lo he conocido por las imágenes de las noticias, pero más no", comentó Ariadna, del Colegio de Filosofía, a tan solo unos pasos del auditorio.
El auditorio Che Guevara ha permanecido bajo el control de diferentes colectivos desde hace 14 años, después de que terminara la huelga estudiantil de 1999 y salieran de ahí los integrantes del Consejo General de Huelga, dijo en entrevista Francisco Cerezo, coordinador del Comité Cerezo —que atiende casos de desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, y tiene un cubículo en la Facultad de Filosofía y Letras.
Desalojo y contraataque
Durante la madrugada del lunes pasado, según un comunicado de la propia UNAM, "varias personas irrumpieron de forma violenta" y con golpes expulsaron a los que encontraron en el interior, hasta que "se posesionaron" del recinto.
"Nos golpearon a las 4:30 de la mañana, nos vinieron a amedrentar, están encapuchados absolutamente todos, y nos golpearon a seis compañeros y a mí… traían toletes, traían pistolas eléctricas y pistolas de diávolos", dijo uno de los jóvenes a los que expulsaron, a la cadena MilenioTV.
El contraataque ocurrió cerca de las 13:15 horas: unas 25 personas —entre las que también había encapuchados, según la UNAM— acudieron para retomar el control del auditorio.
"Se produjo un enfrentamiento del que resultaron algunos lesionados", añadió la Universidad. En imágenes transmitidas por medios mexicanos, se observó a jóvenes lanzando botellas hacia el grupo que seguía con el control de los accesos, que respondía activando extintores.
Tras varios minutos de confrontación, los jóvenes que activaron el contraataque recuperaron el control del auditorio. CNNMéxico pidió al área de Comunicación de la UNAM una entrevista con alguno de sus directivos, para obtener una explicación sobre por qué no actuaron ante los hechos de violencia afuera del Che Guevara, pero indicaron que por el momento no habría declaraciones.
Ante los hechos del lunes pasado, la Universidad indicó que exigía la entrega inmediata "del auditorio ocupado en forma ilegal" —que hasta este martes seguía bajo control de un grupo conocido como Okupas—, y que presentaría las denuncias correspondientes.
La institución también detalló que el 19 de diciembre de 2013 ya había ocurrido un desalojo violento de personas ubicadas en el interior del auditorio, que lo habían ocupado de forma ilegal, y que entonces se presentó y ratificó una denuncia ante la Procuraduría General de la República, para que se iniciara una averiguación.
Bandos en disputa
De acuerdo con algunos de los estudiantes consultados, reportes de la prensa mexicana y organizaciones, algunos de los bandos que han disputado el control del auditorio son el grupo de Okupache u Okupas —vinculado con el movimiento anarquista y que está ahora en el auditorio— y otro conocido como la Coordinación de colectivos Auditorio Che Guevara.
El 19 de diciembre de 2013 los Okupas desalojaron a la Coordinación. Y este lunes, tras el desalojo violento, responsabilizaron a integrantes de ese grupo y otras organizaciones — como el Comité Cerezo, que rechazó la acusación—, con la idea de que había sido una revancha.
Hasta la fecha no se ha precisado a qué colectivo pertenecen los jóvenes encapuchados que activaron el primer desalojo de la madrugada del lunes pasado.
Aquel día, los jóvenes que emprendieron el contraataque retuvieron a un joven que supuestamente participó en la operación. El Comité Cerezo lo identificó como David Moreno, de la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Rio Tenería, Estado de México, e indicó que quedó libre después de que lo llevaran al Ministerio Público.
La postura de alumnos y académicos
Estudiantes de la Facultad de Filosofía expresaron en una asamblea el martes pasado que el auditorio Che Guevara es de la comunidad universitaria y del movimiento estudiantil en su conjunto, y rechazaron "cualquier injerencia de la burocracia de la universidad o de cualquier fuerza policiaca o porril", según Notimex.
El próximo jueves 13 de marzo a las 13:00 horas, mencionaron, y después de que se realicen asambleas en los diferentes colegios de la Facultad de Filosofía, se llevará a cabo una asamblea general en el propio Che Guevara, "de carácter amplio e incluyente".
Ahí el objetivo será simple: definir "en ejercicio de la autonomía universitaria, el destino de la administración de nuestro auditorio". Aunque su resolutivo no precisó si los Okupas que están dentro del auditorio permitiría llevar a cabo el evento en el interior.
"El control lo debería tener la UNAM. Se supone que el auditorio es nuestro. Estoy de acuerdo en que los saquen, definitivamente… Creo que no habría ningún problema si entraran policías a sacarlos", comentó Ariadna, del Colegio de Filosofía.
Aunque otros jóvenes mencionaron que, antes de pensar en que las autoridades tomen el control del auditorio, lo ideal sería que los estudiantes alcancen mecanismos para administrarlo y llevar a cabo actividades en él, sin excluir a nadie.
"La tibieza ya no cabe… no es justo que el auditorio esté tomado desde hace 14 años", expresó la profesora Guadalupe Avilés, del Colegio de Historia.
"Está mal desde luego la violencia, no podemos permitirla, pero tampoco podemos permitir que grupos de afuera vengan y se hagan dueños de un espacio que es de la Universidad, y hablar de la Universidad es hablar de un espacio de todos", agregó.