Nos dirigimos nuevamente a ustedes para hacerles una cordial y animosa invitación.

Como saben el 13 de febrero de 2009 se cumplen los siete años y medio de la ilegal e injusta condena que el gobierno federal nos impuso; junto con ustedes hemos esperado con ansia y esperanza el día de nuestra liberación. Han sido siete años y medios de denunciar las violaciones a nuestros derechos humanos, de lucha jurídica para demostrar nuestra inocencia, de lucha por la libertad de todos los presos políticos y de conciencia del país, de lucha por una amnistía federal que incluya también a los perseguidos políticos. Siete años y medio en los que nunca hemos dejado de ejercer la crítica a este sistema injusto, antidemocrático y expoliador de la humanidad y del planeta. Siete años y medio de denunciar, desde nuestras circunstancias, la creciente criminalización de la protesta social, de la militarización de la vida pública y de la represión a los movimientos sociales. Tiempo de no quedarnos callados, de no renunciar a nuestros principios e ideales, de resistir individual y colectivamente, de mantener la dignidad como estandarte, de aprender de experiencias pasadas y presentes, de compartir la reclusión con otros presos políticos y de conciencia, de reconocernos en una misma lucha, en una misma causa.
Tiempo de romper el silencio mediante la pluma y el pincel, de no perder la sonrisa y la alegría.

Tiempo de agradecer cada apoyo recibido, cada carta, cada palabra de aliento y fortaleza, cada marcha, cada desplegado, cada boteo, cada libro, cada volanteo, cada póster pegado, cada conferencia, cada mención de nuestro caso, cada visita a la cárcel, cada moneda, cada café comprado, cada lucha en cualquier parte de nuestro país.

Tiempo de reconocernos, de conocer la verdadera solidaridad de quienes nos han brindado su apoyo sin condicionamientos, sin reservas, sin egoísmos ni conveniencias; solidaridad, de corazón a corazón, honesta y fraterna, sí, de esa, la que independientemente de ideologías o modas políticas nos ha cobijado.

Tiempo de sentirnos parte de una gran lucha y de un gran pueblo.

Tiempo de no sentirnos solos porque aún en los periodos de aislamientos, sabíamos que ahí afuera, tras los muros y las rejas, había quienes luchaban por cambiar nuestra difícil situación.

Este 13 de febrero de 2009 -si es que el gobierno federal no inventa alguna medida legaloide para prolongar nuestro injusto e ileal encierro- esperamos iniciar una nueva etapa de entrega y lucha al lado de ustedes. Y es por ello que los invitamos en esta fecha a que nos acompañen con su presencia a la salida del Penal de Atlacholoaya, Morelos para celebrar de manera colectiva la culminación de una larga lucha por nuestra libertad.

Esperamos que puedan acompañarnos y que juntos podamos exigir la libertad de todos los presos políticos y de conciencia del país, así como la presentación con vida de los desaparecidos de ayer y hoy.

Un abrazo combativo:

Hector Cerezo Contreras
Antonio Cerezo Contreras

Atlacholoaya, Morelos a siete años, cinco mese, 10 días de injusta e ilegal reclusión.