PaComentario: La derecha muestra los dientes

Nuevamente el tema de este escrito es desnudar el actuar de la derecha, sus diversas expresiones políticas, quiénes son sus dirigentes y qué intereses representan en la actual lucha política electoral en México.

Sabemos, ya que estamos en el apogeo de la campaña electoral del 2024, que las posiciones políticas se dibujan con mayor claridad en temporada de elecciones y es más evidente para el pueblo cuál es el interés que defienden los diferentes personajes de las diversas agrupaciones políticas en pugna.

Ya hemos señalado, en escritos anteriores, que los voceros de la derecha defienden los intereses de la clase burguesa más neoliberal, que sus consignas como #ElINEnoSeToca y la última #LaCorteNoSeToca, en referencia a la defensa de la SCJN y fundamentalmente de su Presidenta, la Magistrada Norma Piña, tienen el objetivo de frenar e incluso revertir cualquier modificación, por muy leve que sea, que atente contra el marco legal neoliberal que tanto le costó a Calderón y Peña Nieto consolidar.

No en vano, piensan ellos, iniciar una guerra contra el pueblo (la llamaron contra la delincuencia organizada) que costó, nada más de 2006 a 2021, en cifras oficiales, más de 420,000 víctimas entre ejecutados y desaparecidos y que todavía sigue costándolela vida a alrededor de 140,000 personas más en este sexenio, imaginen lo que piensa la derecha; todo este costo en vidas humanas para poder vender los recursos naturales a las trasnacionales y convertir los derechos humanos en mercancías, para que vengan los chairos y con puros votos trunquen ese sueño dorado (como sus sueldos) de vender su patria al capital trasnacional extranjero y uno que otro nacional como Slim y Larrea. Para la derecha esto es inaceptable, se debe mantener el proyecto neoliberal, cueste lo que cueste.

Si bien, sus figuras políticas dan penita, según algunas encuestadoras, Lilly Tellez y Santiago Creel son sus candidatos mejor posicionados, dentro de la misma ultraderecha y derecha, para enfrentar a la socialdemocracia el año que viene, la derecha golpea políticamente por todos lados, o por lo menos por los dos poderes que domina, el legislativo, donde, excepto reformas que militaricen más si pasan, cualquier cambio constitucional ha sido frenado y en el judicial, dónde la SCJN ha frenado mediante argucias legales las raquíticas reformas no constitucionales que AMLO ha enviado últimamente, para ejemplos, el Plan A y el Plan B.

Pero la derecha necesita el control del poder ejecutivo, para continuar con su sueño de vender toda riqueza nacional adornada con la sangre de miles de mexicanos y necesita, o un golpe de estado militar, para el cual no hay tanta necesidad, recuerden que ya AMLO dijo que el próximo gobierno tal vez se corra un poco al centro o vencer con votos en las próximas elecciones, lo cual se ve imposible, pero, si bien como sistema el neoliberalismo tiene como 50 años de edad, los individuos que lo impulsan quieren seguir gozando los beneficios de ser la casta dorada en el gobierno y todas sus instituciones, situación que se ha visto alterada un poco con el gobierno socialdemócrata de AMLO.

Y un poco desesperados y otro poco convencidos de que representan a la clase minoritaria que debe explotar a la mayoría del pueblo para vivir en el exceso, quieren llevar la lucha a las calles, ya vimos que han arrastrado, con el discurso del respeto a las leyes establecidas (aunque ellos las modificaron para que les fueran favorables) a algunos miles de personas que, ni imaginan lo que es vivir como ricos, pero defienden esta legalidad, valga la redundancia, “legal” pero ilegítima que representa al neoliberalismo y no a los intereses de la mayoría del pueblo trabajador.

Si bien AMLO también ha mostrado el músculo político con grandes movilizaciones, ha sido muy cuidadoso para no enfrentar a la derecha en ese terreno, así, un día la derecha marcha, en otros días diferentes el respaldo popular a AMLO sale a las calles, y no hay confrontación, porque el mismo AMLO sabe que en la calle, las posiciones se radicalizan y ha hecho hasta lo imposible por contener el descontento popular que está a flor de piel y que puede, al darse cuenta de su propia fuerza querer ir más allá y profundizar las reformas antineoliberales que el mismo AMLO no ha querido hacer.

Y como bien decíamos en el escrito anterior, la derecha va a defender la democracia burguesa o liberal y la va a defender de cualquier postura política que la debilite, incluso de esa postura soñadora, utópica e irrealizable a mediano y largo plazo, que está bien representada por la socialdemocracia en el poder y que miedosa como ha sido históricamente, ni pasa por su cabeza el aspirar a construir una democracia popular, a la cual incluso también ataca, aunque para los defensores de la democracia liberal o burguesa sean ellos mismos, los socialdemócratas, un “peligro para México”, sean tachados de violentos, de destructores de la legalidad (que la derecha impuso a sangre y fuego) e incluso ¡oh, santo Dios! de socialistas o comunistas, ¡Nos están convirtiendo en Cubazuela del Norte! Ya nada más falta que griten sus seguidores (aunque si lo piensan y desean hacerlo), ¡A la hoguera!, ¡Quemádlos vivos!

Ya la derecha dio el primer paso, aunque la socialdemocracia en el poder y sus representantes no secundaron el llamado a protestar frente a la SCJN, no faltó la gente que defendiendo a AMLO fue a plantarse y gritar ¡Fuera Piña! Y ahí se quedó en plantón, hasta que también un llamado soterrado, tímido, llamó a la derecha plebeya con pensamiento fifi a defender a la SCJN, al grito, bueno, ahora al llamado del Hashtag #LaCorteNoSeToca, los ciudadanos de bien, los que defienden a las instituciones, los seguidores del Orden y Progreso porfirista o del ¡SlavaUkraine! actual, los ciudadanos pacíficos, llegaron más violentos que anarquista en marcha del 2 de octubre y arrebataron y rompieron lonas, banderas y casas de campaña y no sólo eso, de paso destrozaron (ahí están los videos) el antimonumento a los niños víctimas del siniestro de la guardería ABC, sí, ese cuya responsabilidad fue de la familia de Calderón, impunes hasta ahora, por cierto.

Pero siempre ha sido así la derecha, a la cual le encanta azuzar las pasiones más bajas de la masa para lograr sus objetivos, la que repite mil veces una mentira hasta que se crea es la verdad, y dependiendo cómo evolucionen las campañas electorales y a qué corcholata le dé el visto bueno el Ejército mexicano, que es el que tiene cada vez más poder, la derecha en las calles siempre es cada vez más violenta y si se le permite, ahora sí, como en Venezuela, hasta quemar vivos a personas con rasgos chavistas, acá dirán que tenían cara de chairos.

Así que, no hay que dejar pasar estos incidentes, donde la derecha suelta a sus huestes para defender, incluso violentamente, a las sacrosantas instituciones y leyes neoliberales, si el mismo gobierno de la CDMX no sanciona estos actos, tal vez para que la derecha no los acuse de autoritarios, que siempre es su miedo, la derecha levantará la cabeza y regresaremos más rápido aún, a gobiernos de ultraderecha como con Calderón y Peña Nieto.

Si bien la estrategia de AMLO, al señalar que son ellos, la ultraderecha y sus ciudadanos de bien los que no quieren un cambio a favor del pueblo, ahora en tiempo electoral, le dará el triunfo a MORENA, tampoco debe abandonar a su suerte a aquellos que siendo su base social sí quieren empujar al nuevo gobierno más hacia la izquierda y no como dijo AMLO que, es probable que el nuevo gobierno se corra hacia el centro.

Así que, los seguimos llamando a organizarse, sobre todo porque lo estamos viendo, el límite de la lucha de la socialdemocracia por mejoras para el pueblo es apenas el inicio de la lucha por una verdadera transformación social, no queda de otra, hay que empujar para que la socialdemocracia no se corra hacia el centro (es decir, hacia la derecha) y denunciar a la ultraderecha, que se le queman las habas por ver correr más sangre de la que han derramado hasta la fecha.