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La masacre del 10 de junio y el juicio a expresidentes

Miércoles 30 de junio de 2021, por Comité Cerezo México

Hace exactamente 50 años que sucedió la masacre del 10 de junio de 1971, uno de los hechos del que menos información hay, no se tiene plena certeza de cuántos ejecutados, heridos, y desaparecidos hubo.

Es un hecho impune hasta la fecha, no hay verdad, no hay justicia y no hay memoria, mucho menos reparación de daños o medidas de no repetición, los autores intelectuales y materiales nunca han sido juzgados por estos hechos.

Se sabe de la creación de un grupo paramilitar “Los halcones” creado y entrenado por militares para evitar que el comunismo penetrara en la sociedad mexicana y sobre todo en la juventud y mantener a la patria a salvo dirían sus creadores.

Era la guerra fría y México tenía una política de solidaridad con los pueblos en lucha por su autodeterminación, era un territorio que aceptaba a los exiliados de otras luchas de otros pueblos, tenía un papel de solidaridad con Cuba y otras naciones, todo esto como un discurso y una práctica al exterior, a cambio al interior se empezaría a vivir lo que llamamos el periodo de la guerra sucia.

Si bien ya existían las guerrillas de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas y otros grupos insurgentes, es esta masacre del 10 de junio de 1971 la que detonaría a la guerrilla urbana y a su vez la estrategia contrainsurgente del gobierno mexicano que dejaría una cauda bastante larga de detenidos desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente, torturados y presos por motivos políticos.

Con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, una parte de la izquierda sobreviviente de esos hechos y de la guerra sucia abrigó falsas esperanzas de justicia o por lo menos de verdad, cosa que, hasta la fecha, bajo la política del perdón sin olvido, sólo se ha avanzado en la aparente verdad y memoria, a cambio de la impunidad, recordar que la justicia requiere de la verdad y que la memoria es la memoria de la verdad y de la justicia, no puede existir el ejercicio pleno de un derecho sin cualquiera de los otros dos.

Así la anhelada justicia no existe, ni de los hechos del presente, ni de los hechos del pasado, incluso lo ha dicho de manera pública, AMLO no está de acuerdo en juzgar a los expresidentes, no obstante, existe y se relanza dicha campaña para juzgar a los expresidentes desde 1988 hasta el 2018, los presidentes del periodo neoliberal, los presidentes de las masacres de Aguas Blancas, del Charco, Los Loxichas, de Ayotzinapa, de Nochixtlán, etc.

Por supuesto que estamos de acuerdo en impulsar el juicio a los expresidentes, ya que efectivamente ellos son los culpables del despojo acelerado de nuestros recursos, son los que bajo la lógica de la lucha contrainsurgente cometieron innumerables masacres, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, cárcel para miles de luchadores sociales en estos 30 años de Neoliberalismo.

Los que aplicando la estrategia de control social mediante el terror dejaron miles de ejecutados y desaparecidos, los que cambiaron las leyes para despojar al pueblo mexicano de sus recursos naturales, de sus empresas paraestatales, de desmantelar lo mucho que se ganó en la Revolución mexicana y se privatizara la salud, la educación, el agua, el territorio, la biodiversidad.

Que se debe buscar con este juicio, la verdad y la justicia es lo principal, no queremos condenas morales o una generalidad de que son culpables, eso ya lo sabemos, queremos justicia, que se tomen casos de dominio público como la Masacre de Aguas Blancas y se investigue y sancione a los responsables y a la cadena de mando, es decir desde los policías, sus superiores, el en ese entonces Gobernador, quién dio la orden, conocer la verdad es también conocer las causas políticas y sociales que dieron lugar a esa masacre.

La verdad también incluye dar a conocer los nombres de las víctimas, quiénes eran, cuáles eran sus sueños, que esperaban del futuro, qué vida fue truncada, ver las medidas de reparación del daño y sobre todo dentro de estas cuáles son los mecanismos de no repetición.

Con esta verdad, entonces ejercer el derecho a la memoria de las víctimas y de los victimarios.

Así con cada caso grave de violaciones a los derechos humanos que se han cometido en nuestro país, también debe ser investigados los desfalcos, las corruptelas cometidas por los expresidentes como el Fobaproa, pero también se desprenden de cada caso otros responsables que también deben ser investigados y sancionados, si no hay todo esto, no podemos decir que en México hay justicia, sino impunidad, es decir, que los políticos actuales se han beneficiado de una u otra manera del actuar de estos expresidentes y por ello sólo quieren jugar a la democracia a la verdad sin justicia y no ahondar en las causas políticas y sociales que originaron graves violaciones a los derechos humanos, que bajaron el estándar de vida digna a niveles ínfimos, que vendieron el país.

Sólo así juzgando a los expresidentes es que México puede dejar de ser el paraíso de la impunidad y hablar de un verdadero cambio, de una transformación profunda que permita no volver a repetir las desapariciones forzadas, las masacres, las detenciones arbitrarias, la tortura en contra de su propio pueblo.

Para este juicio no es sólo cosa de salir y votar por su enjuiciamiento, es necesario organizarse, uno para dar a conocer por qué se les juzgará, para denunciar cada hecho histórico de represión que han cometido, para señalar a los responsables, para exigir también su enjuiciamiento, pero esto sólo puede hacerse si nos organizamos, de lo contrario es como con las elecciones, sólo salimos a votar un día para que nos gobiernen 6 años y tengamos que aceptar aciertos y errores y muchos de quienes fueron elegidos, sin posibilidad de cambiarlos por mejor gente.

Por cierto, hay una campaña basta que dice que la ley no se consulta, sino se aplica y con ello quieren desacreditar la consulta de juicio, no obstante, olvidan quienes no están de acuerdo con la consulta que la ley sólo se aplica en sus sueños, ya que la impunidad es cosa de todos los días, no basta gritar que se aplique la ley, incluso la ley protege a los corruptos, ver esta consulta desde la posición iuspositivista es miope, la consulta es un derecho también y es deber de todo demócrata consecuente luchar por mayor democracia, incluso dentro del marco de la democracia burguesa en la que vivimos.

Juicio y castigo a los responsables de las masacres de Aguas Blancas, el Charco, los Loxichas, Ayotzinapa, Nochixtlán y otras violaciones más de los últimos 30 años.

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