Desde el punto de vista de los Derechos Humanos, la prioridad de los
gobiernos debe ser proteger la vida, sin embargo también debe ser
considerada la población que ha sido más afectada por la crisis y la
desigualdad; ésta es la defensa del derecho humano a la subsistencia y a la
vida digna, la cual incluye el derecho a la alimentación, a la salud, al trabajo,
a los servicios básicos, etc.
La crisis económica que venía acentuándose desde hace varios años, con
un escenario de bajo crecimiento y alta desigualdad, se ha profundizado
por la pandemia producida por el Covid-19, dejando al descubierto el
desmantelamiento del sistema de salud, el desempleo y la precariedad de
la vida en todas sus dimensiones.
Los trabajadores por su falta de organización terminaron aceptando lo
que los patrones hicieron en este año de pandemia. Además, el incremento
del desempleo y la precarización del empleo han dejado en la indefensión
a la clase trabajadora, por su parte el Gobierno ha sido negligente al no
equilibrar y evitar los excesos empresariales.