El programa “Aprende en Casa” no garantiza el derecho a la educación, pero sí beneficia a los grandes monopolios como Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen y Multimedios, con un contrato por 450 millones de pesos del gobierno federal. Ni alumnos, ni padres de familia, ni profesores ven algún beneficio: al contrario, enfrentan más barreras.
El gobierno no contempló a los 2.7 millones de hogares que no tienen televisión, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Ni a los que tienen una TV pero es analógica, mucho menos a las 1.8 millones de personas que viven en zonas rurales y no tienen energía eléctrica, de acuerdo con datos del Fondo de Servicio Universal Eléctrica.
“Hay niños que sí tienen TV, pero no tienen señal, y aunque puedan ver las actividades en algunos casos no son comprensibles y veo muy complicado que un alumno obtenga todos los conocimientos mediante ese dispositivo”, lamenta Julio, profesor normalista de una comunidad de Xilitla, San Luis Potosí. Ante esta situación, el docente deja tareas por medio de un grupo de WhatsApp, pero tiene quejas de padres que no cuentan con un teléfono, no tienen buena señal, o no tienen dinero para ponerle saldo. Por ello, entrega cuadernillos físicos a los padres, para que sus alumnos, de primero y segundo de primaria, realicen algunas actividades. Pero le preocupa que los niños terminen el año escolar incluso sin saber leer, lo que tendrá como consecuencia un rezago educativo.
Mientras en las zonas urbanas, los profesores dan clases en plataformas digitales. Aunque haya señal de internet, esto no garantiza el acceso, pues hay familias que no cuentan con el recurso económico para pagarlo o no tienen dispositivos como una computadora o celular para usar el servicio.
“Tanto con mi hijo de primero y el de tercero de preescolar público, a cada rato suena el grupo de whats y nomás es para dejar más y más tarea, y a cada rato que una página, que no sé qué, el mes pasado en eso se me fueron todos los datos del celular y todo para que no pudiéramos abrir la fregada página de la SEP, pues ¿Qué piensan? ¿Que el internet lo regalan o qué? Hay veces que sacamos lo justo para el día, y por ejemplo ya tengo que dar el pago del Izzi y sólo tengo la mitad y prefiero darles de comer a mis hijos que pagar un servicio”, cuenta una habitante de la colonia Ajusco, Coyoacán.
“Hay una grave violación al derecho humano a la educación, dado que el Estado no puede limitar su acceso a lo que la familia tiene. Al contrario, el Estado tiene que movilizar todos los recursos que tenga para hacer posible que la educación llegue a la persona que incluso no tiene teléfono”, menciona una trabajadora social, que se dedica a atender a alumnos de educación especial de escuelas públicas en la CDMX.
La especialista dice que “Aprende en Casa” no captura la atención de los niños, además de que cada alumno vive diferentes barreras para acceder a la educación en tiempos de pandemia. Para exigir el derecho humano a la educación, “tanto padres de familia, como docentes deberían señalar opciones más realistas, denunciar públicamente que esto no funciona como lo piensan las autoridades, y que más bien debería de hacerse una estrategia más apropiada a la realidad de las familias. No es lo mismo la ciudad que en los estados con zonas rurales”, concluye.
El gobierno dejó la educación pública en manos de monopolios televisivos, sin voltear a ver las realidades de las familias.
Sus comentarios
El 6 de octubre de 2020 a 11:46, por Fred En respuesta a: Pandemia: sin acceso a la educación
El Estado en su papel protagónico ensalza sus acciones con el único fin de protagonizar su presencia benevolente y funcional, pero la realidad en concreto evidencia su proceder verdadero. Para el Estado la impartición de la educación en la población escolar solo es un peldaño más para sus fines. Quedan excluidos de "aprende en casa" las familias de bajos recursos, producto de la miseria y pobreza que por décadas acentúa el neoliberalismo. Quedan fuera también los estudiantes con necesidades especiales, los niños que viven en la calle. Si existiera una verdadera preocupación por el Estado para impartir una educación digna y justa para los estudiantes, por citar un ejemplo (de muchos), en Chiapas, ya hubiesen resuelto la reconstrucción de las escuelas que sufrieron daños severos por el sismo del 2017. Mientras la Educación tenga una visión burguesa en su concepción seguirá proliferando la desigualdad que ocasiona los lastres sociales que de ninguna manera han desaparecido aunque se intente pensar lo contrario.
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