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“Este perro se debe pudrir aquí”; niegan cuerpo de activista asesinado por paramilitares protegidos por Velasco

Jueves 29 de octubre de 2015, por Comité Cerezo México

(29 de octubre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- La estrategia violenta del Estado mexicano en contra de las organizaciones populares independientes y los activistas comunitarios, ha sido desde hace varias décadas constante y continúa. Las acciones gubernamentales han cobrado más víctimas en los últimos tres años, siendo Chiapas uno de los estados más agredidos.

El 26 de septiembre pasado dio inicio una nueva escalada de violencia en contra de la comunidad El Carrizal. En aquella ocasión se consumó la primera ejecución extrajudicial de este año, lo anterior fue provocado por un grupo paramilitar, ligado al Partido Verde Ecologista (PVEM) Los Petules, quienes tuvieron acompañamiento de policías estatales y municipales.

Ambos grupos atacaron a los comuneros que pertenecen al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS). El asesinato extrajudicial fue el del joven de 29 años Héctor Santiz López, activista defensor de las tierras y los derechos de su pueblo.

Ramiro Santiz López, hermano de Héctor Santiz, narra a Revolución TRESPUNTOCERO que ese 26 de septiembre el FNLS salió a brindar apoyo a sus compañeros de la ciudad de Altamirano, quienes estaban padeciendo acoso del mismo grupo militares, se movilizaron en tres autobuses, eran alrededor de 150 hombres quienes viajaban en ellos. En el momento de pasar por el crucero Cuxuljá-Altamirano donde está el campamento paramilitar de Los Petules, aproximadamente a las 10 de la mañana, fueron atacados con disparos de armas de fuego, por lo cual, salieron de los camiones y se retiraron resguardándose de los disparos.

Para la una de la tarde, todos los miembros del FNLS estaban en el ejido excepto Héctor Santiz López, indígena Tzeltal, lo que dio por iniciada su búsqueda en los alrededores del ejido sin acercarse a la zona del campamento y reten paramilitar donde fueron atacados. Sin embargo, la búsqueda fue fallida, ni lo encontraron y tampoco nadie les supo dar razón del paradero el activista.

Al día siguiente, aproximadamente al mediodía, asegura Ramiro que habitantes de El Carrizal encontraron el cuerpo de Héctor abandonado en medio de la carretera Cuxuljá-Altamirano. Sin embargo ellos no pudieron recoger el cuerpo del activista, ya que estaba resguardado por el grupo paramilitar. Una comisión del FNLS pidió que se lo entregaran pero los paramilitares se negaron y dijeron que se los entregarían otro día, pero que no iban a especificar cuándo.

El 1 de octubre pasado, dicha comisión volvió a ir al campamento del grupo paramilitar para pedir el cuerpo de Héctor Santiz López, y uno de los dirigentes, Pedro López, les dijo: “Este perro se debe pudrir aquí” fue así como hasta hoy no han podido recuperar los restos del activista quien murió a causa de varios disparos, perpetrados por los paramilitares, y aunque pidieron ayuda a las autoridades, nadie tomó en cuenta el caso.

“El grupo paramilitar es protegido por el gobierno de Velasco Coello y sus policías, quienes nos atacan a nosotros porque no queremos doblegarnos ante sus ataques, porque buscan quedarse con nuestras tierras y aunque pedimos la intervención para la recuperación del cuerpo de Héctor, denigraron su persona, lo dañaron moralmente y las autoridades se pusieron de lado de los paramilitares. Tuvimos que venir hasta Distrito Federal para que dar a conocer nuestra problemática, esperando las autoridades federales sí hagan caso”, comenta Ramiro.

Ellos anteriormente viajaron a San Cristóbal de las Casas para que las autoridades intervinieran y reclamaran el cuerpo de Héctor Sántiz López, un Ministerio Público llegó a la zona donde se ubican los paramilitares e hizo el levantamiento del cadáver, el cual fue llevado a Ocosingo. Una comisión de familiares y miembros del FNLS acudió en busca del cuerpo, ahí en el MP se encontraban los agresores, miembros de Los Petules, de inmediato los comuneros denunciaron al grupo de hombres, pero el MP no levantó acta alguna e incluso acuso a Héctor Sántiz López de “guerrillero”, por lo cual justificó su muerte.

Días más tarde, finalmente obtuvieron el cuerpo de Héctor Sántiz López, pero las autoridades correspondientes les negaron el acta de defunción, fue así como llegó a la comunidad y fue enterrado. La muerte de Héctor siempre estuvo latente, ya que los paramilitares querían “su cabeza”, principalmente por seguir los pasos de su padre, un antiguo luchador social del FNLS en el ejido El Carrizal, quien combatió a los paramilitares.

El también activista comunitario y sociólogo Ovel Velasco, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO, que durante el gobierno de Velasco Coello se ha intensificado el cerco policiaco-militar y paramilitar en la comunidad de El Carrizal, lo que se ha convertido en un constante y grave riesgo vivir en aquella zona, ya que “la vida de los compañeros corre un grave peligro, no podemos ni pasar por la zona paramilitar porque comienzan a dispararnos, incluso lo saben los policías que llegan a ‘pasar el rato’ con los paramilitares, tenemos necesidad de atravesar esos caminos y ya no podemos, porque nos pueden matar”.

Ovel Velasco asegura que el día 24 de octubre pasado a las 12 del medio día aproximadamente, un helicóptero realizó vuelos rasantes e intentó aterrizar en el Nacimiento, lugar donde se encuentra campamento del grupo paramilitar Los Petules. No se logró definir con exactitud de qué corporación castrense o policiaca era, sin embargo, “no queda lugar a dudas que forma parte de la estrategia de terror gubernamental para continuar atemorizando a nuestros compañeros”.

Una hora después, ese mismo día, arribó al predio San Marcos (de la misma comunidad) seis camiones de la Policía estatal Preventiva, “lo que una vez más confirma la franca coordinación del paramilitarismo en Chiapas con el actual gobierno estatal que encabeza Manuel Velasco Coello”.

Desde 20 de octubre, los disparos por parte del grupo paramilitar hacia El Carrizal, se han intensificado, “si bien durante meses estos han sido constantes, lo que hoy es una verdad es que el objetivo es el núcleo poblacional, lo que coloca en permanente peligro la vida de todos los compañeros que habitan en la comunidad, tanto de mujeres, niños y ancianos”, asegura el activista.

Lo anterior ha sido tomado por los pobladores como una estrategia que han diseñado desde el ejecutivo federal y el estatal, la cual cuenta con la anuencia del presidente municipal de Ocosingo que encabeza Héctor Albores Cruz (PVEM), “quienes se han ensañado en nuestra contra, por el hecho de no poder corromper nuestros ideales”.

Ambos activistas entrevistados por Revolución TRESPUNTOCERO coinciden que el cerco policiaco-militar y paramilitar es tan peligroso, que pocos se atreven a salir de la comunidad para hacer las actividades cotidianas, ya sea de labriego o de compras al municipio, porque se ha convertido en una decisión mortal ya que en cualquier momento podrían ser nuevamente emboscados por este grupo paramilitar, principalmente, aseguran, porque actúan de manera coordinada con los demás “cuerpos oficiales de represión”.

Además del cerco paramilitar y de fuerzas de seguridad, también padecen el económico, ya que Velasco Coello ha abandonado a la comunidad, privándolo de programas sociales o ayudas gubernamentales que propicien bienestar a los cultivos y venta de éstos. Por todo esto, el FNLS hace responsables directos a Manuel Velasco Coello, al presidente municipal de Ocosingo Héctor Albores Cruz y a Enrique Peña Nieto de la integridad física y psicológica de cada uno de los integrantes del Ejido El Carrizal y todos lo que militamos en la Organización Campesina Emiliano Zapata-Región Carranza (OCEZ) y el FNLS.

La principal problemática de El Carrizal, es que los pobladores se unieron en una lucha que los llevó a tomar las tierras que les pertenecían, ya que aseguran “estaban pagadas con trabajo no remunerado, estuvimos en condición de acasillados por generaciones. Estas tierras fueron tomadas por la familia Liévano Domínguez, caciques regionales que sobreexplotaban a sus peones con formas propias de la esclavitud y el feudalismo, caciques de horca y cuchillo que presumían ser dueños no sólo de las tierras sino de quienes las trabajaban, por lo tanto, hacían de su voluntad lo que querían sin respetar derecho alguno”.

Cuando por fin lograron recuperar sus tierras los gobiernos priistas y ahora del PVEM iniciaron constantes ataques para atemorizarlos y provocar el desplazamiento forzado, que llevaría a la pérdida de sus tierras y beneficio para el actual gobierno estatal y federal, ya que fue en este sexenio que se instauró con mayor fuerza los grupos paramilitares, no solamente en esa región, sino en todo el estado. También se han girado órdenes de aprehensión en contra de todos los activistas comunitarios, incluido Ovel Velasco, culpándolos de delitos de daños a la paz pública, robo ejecutado con violencia, atentados contra la paz y la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del estado y asociación delictuosa, aunque no tienen pruebas contundentes, siguen hostigándolos con estas órdenes.


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