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Respuesta a la posición sobre la libertad de los presos políticos en general y la ley de amnistía en particular

Jueves 20 de abril de 2006, por Comité Cerezo México

En este artículo abundaremos sobre las opiniones vertidas en el artículo: “Sobre la Ley de Amnistía y la lucha de los presos políticos en general”. Que envían los compañeros del Comité Verdad Justicia y Libertad Jacobo y Gloria y tocaremos algunas ideas que envían los presos políticos Comandante Antonio y Coronela Aurora del ERPI, como propuesta sobre la libertad de los presos a los miembros de la Otra Campaña.

Es evidentemente un logro de este diálogo constructivo que los compañeros ya no mantengan la posición que al principio de esta lucha, hace ya más de tres años expresaban los presos políticos Comandante Antonio y Coronela Aurora (no como Comité Verdad Justicia y Libertad Jacobo y Gloria, ya que en ese momento no existía como tal) sobre la negativa a una Ley de Amnistía Federal, lo cual nos parece importante desde el punto de vista de avance en la lucha por los presos, señalan acertadamente que:

“Efectivamente, la amnistía no significa el perdón ya que esto está constituido legalmente en el concepto de "indulto". La amnistía se entiende como una declaración por parte del estado (en este caso, por medio del Congreso de la Unión) de olvido del delito cometido por el preso”

Estamos de acuerdo con la posición sobre la importancia de la lucha por la libertad de todos los presos y que: ”debemos empezar por reconocer que la forma en que salgan los presos políticos no es lo primordial en sí” pero acotamos, tampoco es irrelevante, apuntalamos esta idea recordando nuestra posición sobre la amnistía que se daba, desde que empezamos a participar como Comité Cerezo, allá por marzo de 2002, al interior de la actualmente inexistente Coordinadora Nacional por la Libertad de los Presos Políticos y de Conciencia (dicha Coordinadora fue desarticulada a principios de 2004):

“Como objetivo de la Coordinación debemos tener la libertad de los presos políticos, en cualquier modalidad que nos permita nuestro trabajo político, desde la lucha por la Ley de Amnistía Federal, pasando por la reorganización del calendario para las mesas de trabajo con Gobernación, y sobre todo la movilización y la denuncia coordinada de las organizaciones que integramos la Coordinación, debemos discutir acerca del significado de la Ley de Amnistía, ya que dentro de nuestras organizaciones hemos tenido diferencias que no nos han permitido empujar esta Ley con la misma intensidad, si bien entendemos y eso sería lo deseable, que obliguemos al Estado a soltar a nuestros presos sin mayor trámite, también es cierto que ahora la situación de los presos está revestida por un cascaron jurídico que no podemos obviar y el cual es parte también de la lucha por la libertad.” Leer artículo completo

Al parecer, lo que causa confusión es la distinción entre lo particular y lo general de la lucha por la libertad de todos los presos, en el plano particular, cada organización debe crear los mecanismos para qué, en el caso que acompañan se logre el objetivo de la libertad, pero sin perder de vista que las acciones que acompañan este proceso particular, debe por ética, subsumirse al proceso general de la libertad de todos los presos, y es ahí donde empiezan los problemas de interpretación o de razón política, tampoco discrepamos de la idea que vierten de que:

“El factor determinante para la salida de todos y todas las presas políticas del país es EL MOVIMIENTO SOCIAL y la fuerza social que éste logre acumular. Para que salgan todos nuestros presos políticos es necesario que el movimiento social en su más amplio sentido RETOME LA DEMANDA por la libertad de los presos políticos como una demanda principal.”

Si recordamos, ya tenemos esa experiencia por lo menos desde la Coordinadora, ya que esa había sido su función principal, de esa necesidad surgió la idea de coordinarnos y formar junto con otras organizaciones la Promotora por la Unidad Nacional Contra el Neoliberalismo, para explicar, difundir y convencer a las demás organizaciones con las que tendríamos contacto después, de las ideas de: primero, la existencia de los presos políticos y de conciencia; segundo, de la necesidad de retomar la demanda de libertad como una demanda principal de la lucha social y, tercero, luchar por la libertad de todos los presos como resultado de la comprensión de que los presos políticos son de todos y como mecanismo legal, la lucha por la Amnistía es sólo un medio y no el fin, y eso, estaba claro desde el inicio. No estamos de acuerdo en que la “forma” (Ley de Amnistía) se dará por inercia como mencionan, sino como resultado de un plan general de lucha que contemple las diversas formas de excarcelación de los presos, en una estrategia y en sus diversos pasos que se deben cumplir para lograr la meta.

La práctica concreta que el Comité Cerezo ha tenido es: la posición donde lo principal es la lucha para que no existan presos políticos “nunca más”, sólo ha permitido que los que ya existen pasen más años en prisión, nosotros creemos que no es un deseo voluntarista de cambio social el que nos impulsa para lograr la libertad, mientras logramos el tan anhelado cambio social, que no está a la vuelta de la esquina, también y a la par nos centramos en la libertad de los presos ya existentes, acumulando la experiencia para evitar que los presos sigan bajo condiciones inhumanas.

Un error que -nosotros creemos-, se comete es creer que luchar para que no existan “las condiciones que permitan la existencia de presos políticos” es más importante que las pequeñas luchitas cotidianas, estamos convencidos con base en nuestra práctica cotidiana que son éstas, las que nos permiten crear las condiciones para que en un futuro bastante lejano no haya más presos políticos y de conciencia o preguntaríamos -y entra nuevamente lo ético-, luchar porque no existan las condiciones que permitan la existencia de presos políticos justifica el hecho de que los que están actualmente no salgan, hasta que se den las condiciones políticas ya descritas, o nuestra posición política debe ser conseguir la libertad de nuestros presos en el menor tiempo posible, con luchas particulares, como las que llevamos familiares y comités, y luchas más generales, como en este caso la Amnistía.

Nadie hasta ahora habla de “[...] retroceder y reducir la lucha a sólo conseguir algo que no es más que un mecanismo jurídico. Esto no significa que se renuncie a la posibilidad de conseguir una Ley de Amnistía. Como ya hemos mencionado, si ésta se da, sería muy bueno.” Nosotros creemos que una Ley de Amnistía no se “da” sólo por que sí, es producto del análisis y de la lucha concreta, producto de visualizarla como un objetivo por que se “de” como resultado de una lucha política.

Y entonces, entramos en pequeñas diferencias sobre las desventajas que mencionan de la Amnistía:

“Primero, lo que buscamos es que ya no haya más ‘próximas detenciones’". Lo cual es sólo un deseo voluntarista, ya que siempre habrá más detenciones, la represión es un fenómeno social que existirá, mientras exista un Estado y las organizaciones que intentan transformarlo.

Si nos esperamos hasta que estemos seguros de que no habrá próximas detenciones, pasaran varios años para ver libres a nuestro presos, “Y segundo, que todo ‘record criminal’ que emane de un sistema legal arcaico, corrupto y viciado, en donde se tortura luchadores sociales y se protege impunemente a torturadores y represores, no puede ser legítimo”. Pero es el que existe en tanto no se cree otro y con ese debemos lidiar mientras no exista el régimen legítimo al cual aspiramos, no podemos decirle a nuestros próximos presos que no sientan el rigor de la condena doble por reincidencia, ya que se las impone un gobierno ilegítimo, o cuando por la fuerza del movimiento social tengan la oportunidad de salir bajo las formas jurídicas que atinadamente Antonio y Aurora comentan: “no es lo primordial en sí”, deben negarse por ser formas jurídicas ilegítimas.

En cuanto al ejemplo de la Ley de Amnistía de Guerrero, creemos que si tenemos diferentes lecturas, no se trata de que la Ley no beneficie a los presos como en ese caso y que el Estado manipula para que no salga ningún preso, eso lo sabemos de sobra, es su función, esperar que no lo haga sería iluso de nuestra parte y en eso estamos de acuerdo.

Pero lo que sucedió en Guerrero, no fue que el movimiento social no fuera lo suficientemente fuerte o que no le haya dado la importancia suficiente a la demanda por la libertad de los presos como mencionan, sino que fue el resultado de los intereses particulares de los grupos que la impulsaban, quienes creyeron que el capital político que iban a “cosechar” por esta Ley de Amnistía podía ser sólo de ellos, aislándose de las demás organizaciones que los apoyaban.

Las organizaciones de la Coordinadora de Presos fuimos testigos de esta situación, cuando abandonaron de forma dolosa la segunda huelga de hambre por una Ley de Amnistía Federal, que inició el 25 de septiembre y terminó el 26 de octubre, debilitando así el movimiento por la Ley Federal, recordemos que los presos que si se integraron a la huelga de hambre nacional tuvieron que mantener durante más tiempo la huelga de hambre (32 días) de manera innecesaria y riesgosa para su integridad física para compensar el hecho del abandono de las organizaciones de Guerrero, con esta actitud incorrecta y falta de ética, se debilitaron también ellas mismas, logrando que el Estado, aprovechando el protagonismo de las organizaciones, impusiera una redacción final que no permitiera la salida de los presos de conciencia. Se trata también de hacer un balance crítico de la práctica de las organizaciones para en su justa dimensión, saber cuáles son o fueron nuestros aciertos y nuestros errores y no sólo culpar al Estado.

Pasaremos ahora y, ojalá, este escrito pueda llegar a manos de Antonio y Aurora, ya que contestaremos algunas opiniones sobre su documento a la Otra Campaña que versa sobre la lucha por la libertad de los presos, ya que contiene varias imprecisiones y algunos juicios erróneos y que también refleja la postura del Comité por su libertad.

Sobre la descoordinación y el desconocimiento de nuestros presos y presas

Cuando dentro de las características de esta lucha se menciona que: “Los presos políticos y las presas políticas han estado ahí, siempre acompañando nuestras luchas desde la prisión, pero nosotros los habíamos olvidado, estábamos separados y sólo sabían de ellos sus compañeros más cercanos.”

Nos preguntamos si hablan a título personal o como un fenómeno que se ha dado, ya que si bien se recuerda, desde la Coordinadora de Presos y mucho antes, cuando existía el Observatorio Nacional de Prisiones, se ha intentado de manera reiterada tener el listado de los presos existentes en el país y más aún tanto dentro de la Coordinadora de Presos, como dentro de la Comisión de Derechos Humanos de la Promotora, y en la Década Contra la Impunidad, ha sido siempre nuestra lucha por que se edite el libro con los datos de todos los presos políticos y de conciencia del país, que nos permita utilizarla como una herramienta no sólo de denuncia nacional e internacional, sino también, para saber cuántos presos hay, dónde están y quiénes son.

Creemos necesario narrar la experiencia del ya famoso Censo levantado por la Coordinadora de Presos y la “pertenencia” de la información a la que se refieren en su punto 5 de lo inmediato donde dice que: “Otra herramienta que nos puede ayudar es el censo levantado por la Coordinadora Nacional por la Libertad de los Presos Políticos, el que tendría que actualizarse. Es necesario que la información sobre nuestros presos la tengamos todos y no solamente un grupo u organización.”

Recordamos como con los familiares del Comandante Antonio, Erika Zamora, Efrén Cortés, otros miembros del MLP (Movimiento de Lucha Popular) y un miembro de nuestro Comité, fuimos con viáticos pagados por la Comisión de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas del CEN del PRD a visitar los penales donde estaban los presos políticos y de conciencia a levantar el censo para cabildear la Ley de Amnistía Federal en la Cámara de Diputados, censo que resultó un fracaso debido a que las fichas que se llenaron no sirvieron de mucho, ya que el PRD modificó estas fichas internacionales e hizo unas suyas que no contenían la información que se necesita, a la inexperiencia de algunos compañeros que no sabían como llenar la fichas y al nulo apoyo por parte de las organizaciones y abogados para darnos información clave del proceso jurídico que ni los mismos presos saben, la mayoría de esas fichas se le entregaron al PRD directamente, lo que resultó que no nos dieran la información recabada; sólo se documentaron y actualizaron algunas fichas de la lista que ya existía.

Lista que existía ya desde hace más de 10 años creada y actualizada en parte por la Limeddh, que solidariamente ofreció la información producto de su trabajo a la Coordinadora de Presos para que en colectivo se trabajara y actualizara, cosa que nunca se hizo, y se hiciera pública mediante un libro. Sólo nosotros como Comité Cerezo iniciamos durante dos años el trabajo de sistematizar y actualizar dicha lista con la ilusa intención de que se publicara, asunto que hasta ahora a nadie le interesaba, y se publicó dicha lista, no en un libro, ni siquiera en la página web de la Coordinadora -que nunca pudimos hacer por incapaces-. Ahora la lista está publicada desde finales del 2003 en la página del Comité Cerezo, aunque si se rastrea puede ser encontrada también en Indymedia Italia, donde espera en los brazos de Morfeo que se le actualice, porque ha sido de dominio público desde hace 3 años; sólo se necesita copiarla o bajarla.

Actualmente, estamos probando herramientas que nos faciliten seguir documentando los casos de presos en el país, como lo pueden ver en el sitio de prueba.

Presos políticos y de conciencia.

El segundo punto que queremos tocar es la diferencia entre los presos políticos, presos de conciencia e injustamente presos asociados a motivos políticos donde tenemos diferencias, ya que para Jacobo y Gloria, todos son presos políticos sin distinción, partiremos primero que esa diferencia no se ha traducido en que se defiendan a unos, denostando a otros, como lo refleja nuestra práctica cotidiana.

Comentan Jacobo y Gloria que el resultado de esta distinción de Amnistía Internacional da pié “a la criminalización de un tipo de presos políticos y ha sido utilizado por los gobiernos para justificar, en cierta forma, el encarcelamiento, tortura y aislamiento de esos presos políticos”, ya que explican: “Si nuestros presos están en prisión por ser consecuentes con sus ideales, entonces ninguno debe ser criminalizado. Todos son presos políticos pues todos están ahí por ser de abajo y de izquierda.” Amén del acomodo oportuno del lenguaje, es importante señalar que no hay dos distinciones, sino tres, y son distinciones claras y objetivas, no son producto de una invención malévola de alguna organización internacional para afectar a unos presos y a otros no.

El encarcelamiento, tortura y aislamiento de esos presos no es porque exista una distinción entre aquellos que toman las armas y aquellos que no lo hacen, sino que es resultado de los métodos represivos del Estado, lo que debemos discutir es: ¿por qué los presos que son parte de grupos armados, son aislados por muchas organizaciones? La vía que se decida tomar para luchar contra un gobierno sí determina el trato para con el preso, pero eso es producto de una decisión personal, no culpa de una organización de Derechos Humanos o de “[...] los leguleyos (sic) que consideran el derecho más importante que la presión política” como comentan los compañeros de la Brigada de Encuentro Libertario y Socialista

¿Acaso debemos obligar a los injustamente presos asociados a motivos políticos a que se asuman luchadores sociales o que sean consecuentes con sus ideales? Porque si están en prisión, no es por ser consecuentes con sus ideales, sino como resultado de la represión que golpea no únicamente a los luchadores sociales, sino a todo mundo.

Y la criminalización de los presos no provoca la distinción entre presos políticos, de conciencia e injustamente presos asociados a motivos políticos, sino que también es parte de la Guerra de Baja Intensidad que utiliza el Estado para detener o desarticular el descontento y la organización.

Hasta aquí consideramos que hemos abundado en otros problemas teóricos que han impactado en la práctica concreta de la lucha por la libertad de los presos políticos y de conciencia en nuestro país, esperamos que este diálogo, que se ha abierto, resulte fructífero para poder enriquecer la lucha.

Fraternalmente

¡Libertad a los hermanos Cerezo y Pablo Alvarado!

¡Amnistía Federal, Presos políticos y de conciencia, libertad!

“Por que ser universitario no es sinónimo de terrorista”

Comité Cerezo

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