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EL PAPEL DE LA JUVENTUD DE IZQUIERDA EN LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL EN MÉXICO

Viernes 31 de octubre de 2003, por Comité Cerezo México

Nuestras condiciones de encierro en un penal de máxima seguridad limitan el acceso a la información de diversas fuentes informativas con diferentes enfoques.

Introducción

El presente ensayo es producto de un esfuerzo colectivo que tiene como objetivo dilucidar el papel de la juventud de izquierda revolucionaria en la transformación social de México.

El primer apartado constitutivo de este ensayo se titula: “México 2002” y contiene un breve análisis de la realidad mexicana, y se enfoca, primero, en explicar las dificultades que tuvimos para realizar dicho análisis bajo las limitaciones objetivas que nos impone la cárcel; es decir, la falta de información y de estancia en el lugar donde acontecen los hechos: la praxis política. Después de haber explicado las limitaciones de nuestro análisis exponemos el producto de éste; es decir, nuestra percepción de la realidad mexicana.

En el segundo apartado trataremos, grosso modo, a la juventud en el ámbito nacional. Este apartado consta de 3 subapartados titulados de la siguiente manera: el primero, “La juventud como fuerza transformadora” en donde trataremos de explicar el por qué la juventud es el material humano portador de una fuerza transformadora y, principalmente, útil para llevar a cabo cualquier transformación social; el segundo, “Juventud pasiva” donde trataremos de ver a la juventud que ha perdido, producto del modo de producción capitalista, la fuerza, el vigor, el brío para intervenir en los procesos políticos; y el tercero, “Juventud activa” donde expondremos a la juventud plenamente consciente de que es un sujeto capaz de realizar una actividad política y, en tanto, la realiza.

En el tercer apartado titulado: “La juventud progresista en disyuntiva: izquierda regresiva o izquierda revolucionaria” trataremos, específicamente, a la juventud de izquierda. Sin embargo, para nosotros existe la imperiosa necesidad de distinguir entre dos tipos de izquierdas: la regresiva y la revolucionaria, y a partir de la definición de las mismas determinar cuál es la juventud necesaria para llevar a cabo una transformación radical en México.

Como último apartado presentaremos nuestras conclusiones, breves, de este pequeño esfuerzo por aclarar cuál es el papel que debe tomar la juventud en el México actual.

MÉXICO 2002

1.1 La cárcel: la percepción limitada de la realidad objetiva.

Nuestras condiciones de encierro en un penal de máxima seguridad limitan el acceso a la información de diversas fuentes informativas con diferentes enfoques. Concretamente nos limitamos a dos periódicos semanales, tres revistas quincenales, los noticieros de Televisa, Televisión Azteca, canal mexiquense con su noticiero internacional alemán y la radio que muchas veces no se distinguen las voces, por lo que no la consideramos una fuente de información constante. Las únicas fuentes críticas de los hechos que acontecen en México y que difunden información que no vemos en la televisión ni escuchamos en la radio son las revistas y a veces los periódicos. Sin embargo, esta carencia de información no constituye un impedimento absoluto para realizar un análisis de lo que acontece a un año un mes de estar presos.

Debemos precisar que nosotros vivimos un año del nuevo gobierno panista en libertad y que durante esa año cada uno de nosotros realizó diversos análisis con base a una vasta información de periódicos, revistas, radio, televisión, personas, instituciones, etc. Por lo anterior consideramos que nuestra percepción de la realidad objetiva es limitada, pero no falsa ni errónea; es decir, captamos las generalidades de lo que sucede en el mundo exterior e incluso ciertas especifidades, pocas, ciertos fenómenos sociales, políticos, económicos, ecológicos, étnicos, religiosos, etc.

Es, entonces, que el análisis que presentamos a continuación es limitado por la información que no tenemos y la falta de una praxis política, pero no por eso deja de ser válido o al menos un punto de reflexión para aquellos que desean un cambio radical de la sociedad mexicana.

1.2 El análisis.

Tomamos como referencia para este análisis el ascenso al poder del PAN porque aunque no constituye un cambio esencial en las políticas económicas llevadas a cabo anteriormente, sí constituye una nueva forma específica, singular de llevarlas a cabo; es decir, el plan neoliberal sigue su marcha, se sigue implementando, el nuevo gobierno le da continuidad al mismo; pero las formas de realizar, de establecer esas políticas no son las mismas que las anteriores.

El Estado se personifica en los nuevos rostros de un grupo en el poder, éste tiene una visión propia del país y una forma de llevar a cabo su política.

Durante estos dos años de gobierno foxista ha habido una agudización de la represión a cualquier tipo de descontento social, opinión que contraríe la versión oficial; es decir, a cualquier manifestación que ponga en entre dicho las acciones y los discursos del gobierno. Concretamente nos podemos referir al asesinato de Digna Ochoa y Placido, a la continuación y agudización de la política de paramilitarización en Chiapas, a la militarización, con el pretexto de ser zonas de reserva ecológica, de todas las zonas estratégicas donde podrían tener como base los descontentos sociales organizados: Montes Azules, la Sierra Gorda, la Sierra Madre Occidental, los Chimalapas, etc. Así mismo el acoso, los despidos, amenazas y demandas judiciales a los periodistas que teniendo un espíritu crítico han publicado diversos artículos desenmascarando la corrupción, la conexión con el narcotráfico, los negocios en lo oscurito del grupo político en el poder. También el encarcelamiento, persecución y tortura de luchadores sociales; las órdenes de aprehensión a los líderes del movimiento de San Salvador Atenco; el encarcelamiento de los ecologistas que se oponen a la construcción de una megatienda en Cuernavaca en una cárcel de Alta seguridad y, por supuesto, nuestro encarcelamiento en un penal de Máxima seguridad; las amenazas de muerte a nuestros hermanos Emiliana y Francisco Cerezo Contreras; las amenazas de muerte a nuestra abogada María del Rosario Zamora López; el espionaje: grabación de las conversaciones telefónicas, interferencia en las mismas, revisión de todas las cartas que entran y salen de este penal, el seguimiento descarado e intimidatorio, la vigilancia con una cámara instalada enfrente del domicilio de nuestros hermanos. La negación a dar una ley federal de Amnistía para todos los presos de conciencia y políticos del país y muchas otras cosas de las cuales no tenemos los datos precisos, más los que desconocemos.

Otro aspecto político evidente es que a partir del gobierno de Fox y su grupo de poder la iglesia ha adquirido mayores espacios para intervenir en las decisiones políticas nacionales.

La política económica llevada a cabo durante dos años se ha enfocado en desmantelar lo que aún queda del Estado benefactor y, asimismo, está terminando de entregar a capitales extranjeros los recursos estratégicos del país: el petróleo, el gas natural, la banca, el sector energético, el campo.

En el ámbito de la política social sigue desmantelando las instituciones como el IMSS o ISSSTE, desprestigiando y abandonando a las universidades como la UNAM y la UAM, queriendo implementar el IVA a la canasta básica de alimentos y medicinas, planteando una reforma a la ley del trabajo que despoja a los trabajadores de los beneficios que obtuvieron mediante movilizaciones y luchas pasadas y proponiendo alargar la edad de jubilación hasta los 65 años.

Lo anteriormente expuesto es la continuidad del plan neoliberal que se viene aplicando desde el sexenio de Miguel de la Madrid. Pero la diferencia específica de este gobierno en su aplicación reside en el hecho histórico concreto de la salida del grupo político priísta de los pinos, lo que le permite crear y utilizar un discurso que oculta la exacerbación de la aplicación de las políticas neoliberales bajo la frazada de la supuesta democracia recuperada por la alternancia en el poder. Con su discurso el gobierno que se autodenomina del cambio, se erige como la encarnación misma de la democracia y por ello del interés social escondiendo así la represión que ejerce contra sus críticos y contra cualquier manifestación organizada o no organizada de descontento social.

En el ejercicio de la represión nada ha cambiado salvo que el Estado trata de acallar y soterrar con mayor efectividad cualquier denuncia que haga evidente su carácter represivo. Las aparentes concesiones como en el caso de San Salvador Atenco son obligadas por la presión popular y la opinión pública y ponen al gobierno en una encrucijada: descararse o tratar de sortear la crsis para garantizar su continuidad en el poder.

A pesar de la represión existe la respuesta de la gente materializada en la denuncia, los bloqueos carreteros, tomas de tierra, manifestaciones en Estados y municipios y la incipiente renovación de vías de comunicación entre algunos movimientos sociales. Ante esta realidad nos preguntamos ¿cuál es el papel de la juventud?

La juventud en el ámbito nacional

México es un país mayoritariamente de jóvenes que habitamos y realizamos nuestras actividades a lo largo de toda la república mexicana.

En el ámbito nacional somos aquellos que producimos y somos la mejor fuerza de trabajo para todas las empresas nacionales y extranjeras, los que enseñamos, los que estudiamos, los que emigramos en busca de mejores condiciones económicas, los que desarrollamos una actividad política, los que hacemos arte, los que nos dedicamos al deporte, los que vimos en la calle y la miseria, a los que nos ha envuelto las drogas, los punks, darks, los albañiles, los campesinos e indígenas muriendo en el campo de hambre y en los cinturones de miseria citadinos, los presos de conciencia y políticos. Todos somos la juventud mexicana, un cuerpo muy amplio del cual depende el país.

2.1 La juventud como fuerza transformadora.

La juventud por su mayoritaria y existir en todos los sectores sociales, constituyen una fuerza posible de organizarse, organizar, ser organizada para perseguir ciertos fines políticos, económicos, sociales, estudiantiles, religiosos, etc.

Los jóvenes por sus cualidades físicas y mentales son el foco de atención de diversas agrupaciones que desarrollan diferentes actividades y son a quienes se les dirige un discurso con el fin de aprovechar el ímpetu, el brío, la vitalidad para conseguir objetivos que no siempre van a beneficiar a los jóvenes ni a la sociedad. Los jóvenes somos para quienes ven en nosotros un capital político, económico, social entes pasivos a los cuales pueden manipular para hacer lo que ellos decidan; pero la juventud es también, en realidad, sujetos pensantes que al tomar conciencia pueden transformar radicalmente el país o perpetuar las relaciones existentes.

La juventud constituye por su fuerza física un elemento esencial en los procesos productivos, de servicios, sociales, políticos y de cualquier índole.

2.2 Juventud pasiva.

Entendemos por juventud pasiva a los jóvenes que no tienen ningún interés por ser entes activos en la política y las transformaciones sociales. Debemos tener clar que este tipo de jóvenes son activos económicamente, intelectualmente, deportivamente, astísticamente; es decir, son activos, en tanto, están en la búsqueda constante de trabajo o realizando un trabajo que les permite sobrevivir, o estudiando en las universidades o entrenando y preparándose para ganar competencias deportivas, o que hacen música, teatro, danza, poesía, etc. Son, entonces, activos porque realizan diferentes actividades; pero son inactivos porque no desarrollan una actividad política que permita modificar, transformar o perpetuar las condiciones políticas, económicas y sociales del país.

La pasividad es producto del modo de producción capitalista, es decir, es la manifestación más desarrollada de la enajenación, el sujeto no se ve así mismo como un ser social y mucho menos como un ser político. Para él todo lo que desarrolla lo hace en función de sus intereses personales.

La juventud pasiva es la que ha sido absorbida por todos los aparatos ideológicos desplegados por el Estado, éstos le ayudan a preservar y perpetuar el modo de producción del cual es aparato protector: el capitalismo.

Los sujetos pasivos son, aunque no concientemente, continuidad del capitalismo: no trascienden el modo de producción imperante y lejos de coadyuvar a una transformación social radical favorecen el desarrollo de políticas en contra de los explotados, esto es, son corresponsables de la situación social, política y económica en la que vivimos. A pesar de lo anterior la juventud pasiva es también, potencialmente, sujeto transformador; es decir, puede llegar a adquirir y tener conciencia que el hombre es por su naturaleza un ser que transforma el medio social en donde se desarrolla; a saber, el hombre es producto de circunstancias sociales, políticas y económicas, y vive en ellas, pero al mismo tiempo tiene la capacidad para transformarlas, revolucionarlas y trascenderlas.

2.3 Juventud activa.

La juventud activa es el sujeto que se ha descubierto como capaz de desarrollar una actividad política y, en consecuencia, transforma o perpetua el medio social.

Los sujetos activos son aquellos que buscan las formas, medios, y los métodos que hagan efectivos sus objetivos. Estos pueden ser desde organizar y movilizar una colonia, la universidad, a los indígenas, a los campesinos hasta conquistar, conservar y controlar un organismo como es el Estado.

La juventud que tiene como objetivo conservar y perpetuar las condiciones sociales, económicas y políticas vigentes es aquella que conciente de sus actos hace todo lo posible por restarle importancia a la juventud que quiere modificar, reformar, revolucionar o trascender el modo de producción capitalista e incluso pueden organizarse para eliminarla físicamente. Este tipo de jóvenes al desenvolverse dentro de un marco teórico y práctico burgués no sienten o consideran que lo que desarrollan está mal, por ejemplo, los jóvenes que se organizan como paramilitares, grupos porriles y en las corporaciones represivas del gobierno consideran hacer lo mejor para preservar y desarrollar la sociedad capitalista, es decir, el matar, torturar, acosar a sus enemigos de clase no es para ellos un problema moral, por el contrario, es parte de su deber.

Al hablar de la juventud reaccionaria tenemos que comprender que hay dos tipos, por decirlo así, el que es instrumento y el que es plenamente consciente de lo que implica preservar y continuar el capitalismo.

En contraposición a la juventud reaccionaria está la juventud progresista que se caracteriza por querer cambiar, reformar, revolucionar o trascender el modo de producción capitalista y se plantea una disyuntiva.

La juventud progresista en disyuntiva: izquierda regresiva o izquierda revolucionaria.

Dentro de la juventud que hemos llamado progresista abarcamos a todos los jóvenes que realizan una actividad política con el fin de humanizar, cambiar, reformar, revolucionar o trascender la sociedad capitalista. Este bloque es muy amplio porque incluye desde los movimientos contestatarios, espontáneos, de resistencia hasta los movimientos constructores de alternativas concretas y que impulsan una transformación radical de la sociedad, es decir, desean y realizan una praxis para arribar a otro modo de producción justo y equitativo.

Este tipo de juventud de la misma manera que la reaccionaria busca formas, medios y métodos efectivos de lucha que lo lleven a cumplir sus objetivos.

Queremos hacer énfasis y recalcar que hablar de juventud es referirnos a los jóvenes obreros, campesinos, indígenas, estudiantes, albañiles, desempleados, trabajadores ambulantes, de la calle, oficinistas y todos los jóvenes que conforman la sociedad.


3.1 Izquierda regresiva.

La juventud de izquierda regresiva es aquella que enarbola la lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo salvaje; es decir, lucha contra los efectos negativos de la globalización capitalista. Esta juventud persigue ampliar y profundizar la democracia, la democratización del Estado, de la sociedad, de la educación, de la cultura, modificar las leyes, etc., para que todos los individuos que conforman la sociedad tengan un desarrollo mayor como seres humanos dentro del capitalismo.

La izquierda regresiva desarrolla su actividad política dentro de los marcos legales del Estado: considera que sin destruir el marco legal del Estado pueden lograr y alcanzar las reformas o cambios que atenúen el carácter salvaje del capitalismo.

Los jóvenes aglutinados en este tipo de izquierda vienen de diferentes sectores sociales y, por consiguiente, van a tener diversas opiniones de cómo llevar a cabo su lucha; es decir, es un movimiento heterogéneo que con diferentes formas, medios y métodos tratará de conseguir su objetivo: humanizar el capitalismo. Pero qué mueve a estos jóvenes, cuál es el parámetro de sociedad que impulsa a este tipo de juventud a desarrollar una actividad política, cuál es la comunidad significativa que nos muestra que es posible humanizar el modo de producción capitalista, cuál es el referente histórico que fundamenta su lucha, por qué están tan convencidos de que es posible humanizar la sociedad capitalista. Estas son preguntas que queremos dejar a la reflexión a los jóvenes de este tipo de izquierda porque creemos que darles una respuesta sería útil para el desarrollo de la lucha anticapitalista.

Dentro de estos jóvenes hay quienes, potencialmente, pueden integrarse a la izquierda revolucionaria, pero ese proceso se dará cuando el sujeto sea conciente que sólo revolucionando y trascendiendo el capitalismo podrá haber un desarrollo más humano de la sociedad.

3.2 Izquierda revolucionaria.

La juventud de izquierda revolucionaria se caracteriza no sólo por querer reformar o cambiar el modo de producción capitalista, sino porque su objetivo fundamental es revolucionar y trascender el capitalismo. Este tipo de jóvenes no creen ni consideran posible que únicamente reformando o cambiando ciertos aspectos del capitalismo es posible atenuar, minorizar las condiciones de miseria y explotación de los oprimidos, al contrario, consideran que todos los pequeños triunfos que se obtienen de las diferentes luchas son parte del proceso de agudización de las contradicciones de las clases sociales que, necesariamente, conllevan la condición objetiva de revolucionar y trascender el capitalismo[1].

Los jóvenes revolucionarios desarrollan su actividad política en dos planos, en la legalidad burguesa y en la ilegalidad burguesa, es decir, este tipo de jóvenes no son sólo aquellos que deciden tomar las armas en contra del gobierno, sino también aquellos que se organizan y organizan legalmente movimientos que coadyuvan a la toma de conciencia de clase y toman como bandera de lucha la construcción de una nueva sociedad que trascienda el modo de producción capitalista

Este tipo de jóvenes son los sujetos que han comprendido cabalmente y científicamente que los hombres son capaces de transformar las circunstancias de la que es producto y en las que vive: buscan las formas, medios y métodos para revolucionar y trascender la sociedad.

Conclusiones.

Empezamos este trabajo partiendo de lo general, la juventud, para arribara una particularidad, la juventud de izquierda revolucionaria. Sin embargo, juventud de izquierda revolucionaria es sólo parte de la volatilización[2] del concreto representado juventud. El siguiente paso es considerar a la juventud de izquierda revolucionaria sin el sustantivo izquierda: este término sólo empaña el análisis de la realidad, es decir, no nos permite distinguir claramente cuál es el proceso que sigue la juventud revolucionaria en su actividad política y tampoco nos permite distinguir objetivamente a la juventud reaccionaria que se hace pasar o llamar revolucionaria, sólo existe juventud revolucionaria.

La juventud revolucionaria es aquella plenamente consciente de que sólo revolucionando y trascendiendo el modo de producción capitalista es posible arribar a una sociedad más humana. Pero aún juventud revolucionaria no es la abstracción más simple.

La categoría simple, la conclusión final del proceso de volatilización del concreto representado juventud es el sujeto revolucionario. Como categoría simple abstracta existe, en tanto, es producto del análisis de la sociedad más desarrollada, la burguesa.

El sujeto revolucionario es aquel que en toda actividad que realiza trata de transformar radicalmente la forma de relación entre los hombres, es decir, busca, como fin último, revolucionar y trascender el modo de producción específico en el que está inmerso.

Falta, entonces, reconstruir lo concreto partiendo de la abstracción sujeto revolucionario y constituir la totalidad, concreta para así determinar cuál es el papel de la juventud como sujeto revolucionario en México. Sin embargo, este proceso de conformación de la totalidad concreta, pensamiento concreto no lo realizamos en este trabajo por dos razones: deseamos que alguien nos replique este trabajo cuestionando la conclusión final o ilustrándonos en las partes donde no hacemos un riguroso análisis y deseamos que quien comparta la conclusión final de este trabajo se aboque a reconstruir lo concreto para que podamos llegar a una cabal comprensión de la realidad objetiva y determinemos cuál es nuestro papel como sujetos revolucionarios y, en consecuencia, realicemos una praxis política y revolucionaria.

“Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo...
la cuestión estriba en cambiarlo”

Marx. Tesis sobre Feuerbach

Alejandro Cerezo Contreras
Antonio Cerezo Contreras
Héctor Cerezo Contreras

La Palma

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